Los deberes


Para la mayoría de los alumnos el comienzo de un nuevo curso no sería tan malo si no fuera por tres palabras asociadas a la vuelta del colegio, que inmediatamente cruzan sus cabezas:madrugar, exámenes y ...¡DEBERES!
Por lo general, padres y profesionales del mundo de la educación se muestran de acuerdo en la conveniencia de que los centros educativos manden deberes para casa (tal y como se hace en la práctica a partir de los primeros cursos de Primaria), pues consideran que facilitan la adquisición de ciertas destrezas, la memorización de los conocimientos transmitidos en clase y hábitos que en un futuro le faciliten una buena posición social, económica y personal.
FUNCIONES DIDÁCTICAS DE LOS DEBERES
- Consolidar lo que se ha aprendido en clase, ayudando a repasar, recordar o afianzar los conocimientos.
- Poner en práctica lo enseñado en la escuela, encontrándole utilidad.
- Posibilidar que algunos niños hagan los ejercicios que no han tenido tiempo de terminar en el aula.
- Crear un hábito de trabajo, organización y responsabilidad. Este factor es muy importante cuando los niños son pequeños.
Sin embargo, los problemas suelen surgir por la cantidad de los deberes y el tiempo libre que quitan a los niños. Las "virtudes" de las tareas para casa pueden convertirse en su peor defecto si el volumen del trabajo en horario no lectivo sobrepasa ciertos límites.
De todos modos, no nos agobiemos antes de tiempo, ya que este problema no suele manifestarse hasta que nuestros hijos, ya más mayorcitos, comienzan a tener un profesor por cada asignatura; cada uno de los cuales, sin tener en cuenta al resto, encarga una serie de tareas para casa.
El tiempo que los niños han de invertir en hacer deberes depende normalmente de su edad. En los primeros cursos se pretende sólo que repasen las letras y otras tareas sencillas que estén aprendiendo en clase, y el tiempo de repaso en casa debería ser inferior a media hora. Cuando se avanza en los estudios, las tareas pueden llevar a vuestros hijos entre una hora y una hora y media diarias. Si a este tiempo se le suma el que le lleve desempeñar alguna actividad extraescolar a la que le hayamos apuntado, debemos cuidar que siempre tengan algo de tiempo diario para su disfrute personal:jugando, relacionándose con sus amigos, sus hermanos y con vosotros.
En cuanto a los fines de semana, también es bueno dedicar un rato con ellos a practicar y repasar, lo mismo que en vacaciones, para que los chicos no se desconecten del todo; pero siempre ayudándoles a organizarse bien el tiempo, de modo que puedan descansar y divertirse.

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